El Municipio de Quito revocó la licencia ambiental al cementerio Urkupamba luego de la defensa que hiciera del proyecto que se iba a construir en las faldas del Pichincha.

El alcalde de Quito, Santiago Guarderas, no soportó la presión. La lluvia de críticas a su gestión lo llevaron a revocar la licencia urbanística al cementerio Urkupamba.
Este proyecto privado, definido como “cenizario” por sus impulsores, se iba a construir en las faldas del Pichincha. Para los vecinos eso era ponerlos en riesgo ante un desastre similar como el de La Gasca.
Así que la noche de este viernes 4 de febrero de 2022, el Municipio de Quito anunció la revocatoria de los permisos de Urkupamba. Lo hace luego que defendiera el proyecto en dos ocasiones, primero en un comunicado y luego durante una rueda de prensa.
El propio alcalde Guarderas tuvo que salir a decir que no tenía acciones en el proyecto, como se había difundido en redes sociales. Hasta el Ministerio del Ambiente salió en defensa de Urkupamba con un tuit donde insiste que su construcción no tiene nada que ver con lo ocurrido con La Gasca, algo que es seriamente cuestionado por expertos.
Pero el más reciente comunicado de la administración Guarderas sobre Urkupamba raya en el delirio. Si antes todo era culpa de Correa, el alcalde ahora patenta el “culpa de Yunda”.
El texto indica que la licencia fue otorgada en junio de 2020 por “Jorge Yunda, removido de su cargo”. Luego dedica al exalcalde otro párrafo con una oración resaltada en negrillas que reza lo siguiente “Jorge Yunda infringió la norma y otorgó permisos para su desarrollo, en perjuicio de los vecinos de la zona y del bosque protector”.
Pero hace apenas unos días, el Municipio de Quito defendía la validez de los permisos dados a Urkupamba. Porque lo que el texto omite es que en la administración de Yunda se declaró también la nulidad de la licencia para el cementerio.
Entonces vino Guarderas y declaró la nulidad de la nulidad, con lo que revivió el “cenizario”. De hecho alcalde aseguró que lo que hizo fue enmendar un error jurídico de su antecesor.
Pero ahora, ante la avalancha de críticas Guarderas miente y hace como si todo lo hecho por él en el pasado no existiera. Yunda le dedicó apenas un tuit al que fuera su vicealcalde.
Así Guarderas espera que esto calme la tormenta política que sufre por su papel en el desastre de La Gasca. Ya no puede ni entrar en la zona sin exponerse a insultos y hasta agresiones.
De esta forma Santiago Guarderas va camino a convertirse en un Mauricio Rodas más, para mala suerte de Quito.
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